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Arrancan los Cuartos de Final en Abierto Mexicano de Tenis en Acapulco
GUADALAJARA, 29 de Mayo de 2022.- Qué tan ambiguo es el tiempo, que un año de gloria puede pesar más que 7 décadas de sequía. Qué importan hoy aquellas épocas oscuras. Ahora todo es brillo. El pasado palidece ante el extraordinario presente. Atlas es el mandamás del futbol mexicano, no una vez, sino ya dos ocasiones consentirías. Los Zorros se proclamaron bicampeones, luego de caer este domingo por 2-1 ante Pachuca, para prontas con global de 3-2 en el Clausura 2022.
Este Atlas ya es de época. No porque se pueda predecir el futuro del equipo en los próximos 5 años. Tampoco por su pasado. Lo que lo hace un equipo histórico es su presente. Pase lo que pase, todos recordarán, por más que transcurra el tiempo, aquel plantel de Diego Cocca que escribió su nombre junto al de Pumas y León, como los únicos capaces de ser campeones dos veces de forma consecutiva desde la aparición de los torneos cortos en México.
La corona no pudo llegar sin drama. Es el Atlas y en su sangre, se sabe, así sabe mejor. Los Zorros llegaban al duelo con una ventaja de 2-0 que parecía prácticamente definitiva. Pero los Tuzos no pretendían morir resignados. Apretaron desde el silbatazo inicial. Se jugaba apenas el minuto 7 cuando una extraordinaria jugada individual rompió el partido. Romario Ibarra tomó el esférico pegado a la línea izquierda. Se quitó a José Javier Abella, hizo un túnel sobre Anderson Santamaría, entró al área y de gran forma, definió con pierna derecha. Puso la pelota en el poste más lejano para el 1-0.
Con el 2-1 global, el nerviosismo comenzó a aparecer. Atlas estaba obligado a ir al frente. Casi empata al ‘10, cuando Gustavo Cabral sacó de la línea un remate que ya había vencido a Camilo Vargas. La polémica apareció en la Gran Final del Clausura 2022 poco más tarde, cuando Erick Sánchez cayó dentro del área tras un contacto de Anderson Santamaría, al ‘22. Los Tuzos protestaban una clara falta. El árbitro Fernando Hernández fue al VAR, pero marcó un fuera de lugar anterior y no marcó el penal.
En la recta final de la primera parte, el silbante fue de nuevo al VAR, esta vez para revisar una mano de Daniel Aceves, tras un disparo de José Javier Abella. Esta vez sí se marcó la pena máxima. Al minuto 44, Julio Furch se paró frente al manchón penal, como el 12 de diciembre del año pasado. Su disparo engañó al ex rojinegro Oscar Ustari. Las redes se movieron . La euforia ahora era rojinegra. Empató el Atlas y volvió a estirar la ventaja 3-1 en el global.
Para los Tuzos era un balde de agua fría. De nuevo estaba a dos giles de distancia. Pero el equipo de Guillermo Almada no bajó los brazos. Reaccionó rápido, antes de que finalizara la primera parte. Se habían agregado ya 8 minutos, pues se perdió mucho tiempo con las revisiones en el VAR. Desde la izquierda, nació el servicio pasado a segundo poste. Nicolás Ibáñez saltó a la espalda de Emanuel Aguilera. Alcanzó a conectar un sólido frentazo. Remate cruzado que superó el lance de Camilo Vargas para el 2-1 local.
Para la segunda parte, con el global 3-2, el encuentro se volvió tenso. Ninguno de los dos equipos podía equivocarse. Había mucho en juego y la diferencia era de solamente un gol. Los Tuzos tenían solamente 45 minutos para buscar el gol que les diera vida. Al minuto 53, Erick Sánchez pateó un balón raso que fue cerrando. Cruzó el área peligrosamente. Nadie alcanzó a empujar al fondo. José Javier Abella mandó a tiro de esquina.
Cuando no hay mañana, los equipos tienen obligación de ir con todo lo que les quede al frente. Conforme avanzaba el reloj, la premisa de matar o morir se volvía más clara. Pachuca todavía necesitaba un gol más apenas para igualar la serie por el título del futbol mexicano. Al minuto 58, Nicolás Ibáñez alcanzó un balón profundo. Dentro del área, soltó un disparo al que le sobró potencia, pero le faltó dirección. Se fue desviado.
En la recta final, los Zorros estaban metidos dentro de su campo. Se ordenaron bien en zona baja. A los Tuzos se les agotaban las ideas, pues lanzaban contantes centros que la zaga despejaba atinadamente. El equipo de Diego Cocca aguardaba con inteligencia en espera de un contragolpe. El final se acercaba cuando Aníbal Chalá metió un pisotón sobre Víctor el Pocho Guzmán. El árbitro no lo vio en primera instancia. Fue llamado por el VAR y tras ver las repeticiones, expulsó al rojinegro, al ‘82.
Con uno menos, la escuadra Rojinegra apostó a la defensa heroica de su arco, para aguantar el resultado que le daría el título. Los Tuzos se volcaron por completo al frente. El conjunto visitante aguantó cada embate. Finalmente, llegó el silbatazo que tanto soñaban los aficionados. Se acabó el partido. Atlas es bicampeón del futbol mexicano.