Visión Financiera/Georgina Howard
Por la espalda todos son buenos para gritar y susurrar de lo que a su parecer está mal, pero ya de frente al jefe no muchos se animan a decir lo que está mal.
En días pasados, ante los reflectores de los medios de comunicación, los alcaldes, Pablo Lemus, de Guadalajara y Juan José Frangie de Zapopan (que son como uno mismo), reprocharon el trabajo de los elementos de la Policía Vial.
El de la exVilla Maicera reaccionó tras los reclamos de los automovilistas por el tráfico ocasionado en las inmediaciones del Estadio Akrón previo, durante y después del concierto de Coldplay.
Posteriormente Pablo Lemus apoyó la noción de su sucesor y señaló que la Policía Vial debería de regresar a manos de la Secretaría del Transporte.
Por su parte, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, solo les pidió a ambos serenarse.
Este miércoles por la mañana fue el día esperado donde los alcaldes mencionados llegarían a la reunión de seguridad con los alcaldes metropolitanos con la espada desenvainada para exigir sus peticiones ante los medios de comunicación.
Sin embargo, el tiempo pasó, habló el Secretario de Seguridad, Juan Bosco Agustín Pacheco y posteriormente habló el Gobernador Enrique Alfaro quien preguntó a los presentes si tenían algún comentario.
Fue entonces que el alcalde de Guadalajara decidió tomar el uso de la palabra y cuando todos creían que iba a reprochar el trabajo de la Policía Vial, nada, utilizó el micrófono para felicitar a la corporación vial por su trabajo contra las motocicletas y también su colaboración en los trabajos durante los incendios en el Mercado Libertad.
La reunión terminó y con ello quedó muy en claro que los dos, como el changuito, solo de habladores mientras no está el león.