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GUADALAJARA, Jal., 27 de mayo de 2021.- Entre los lugares atractivos para recorrer, cuando la pandemia baje hasta semáforo verde, está la Isla de Mexcaltitán, en Nayarit. Aire puro y espacios abiertos, así como poca, y amable, población local, sin muchedumbres. Mexcaltitán ofrece la renovación de la categoría de Pueblo Mágico, el único hasta ahora en este sexenio, una gastronomía excelente, paisajes hermosos, contacto con la naturaleza y nuevas facilidades para el hospedaje, que hacen de esta Isla un recomendable destino.
Mexcaltitán está considerada como la cunda de la mexicanidad. Según varios arqueólogos respetables, entre ellos Román Piña Chan, este fue el sitio de la legendaria Aztlán, el lugar de las garzas. Desde aquí habrían partido los aztecas en su peregrinación, según puede apreciarse en el códice Boturini. Este documento narra cómo los aztecas salieron de un islote en Aztlán, presumiblemente Mexcaltitán, hacia el Lago de Texcoco, en donde encontraron el otro islote, llamado México. En él hallaron la señal que su dios Huitzilopochtil les dio para fundar allí la gran Tenochtitlán: un águila parada en un nopal, devorando a una serpiente.
Todo en Mexcaltitán nos recuerda esta legendaria historia, desde la abundancia de garzas, la obvia presencia del islote, el nombre del lugar, el decorado en las pintorescas calles, el museo del sitio, con interesantes piezas arqueológicas de las culturas de occidente y hasta las artesanías que se venden en sus callecitas, que recuerdan el pasado prehispánico.
La Isla se puede recorrer a pie en poco tiempo. Tiene 400 metros de norte a sur, y un circuito, llamado Venecia, que da la vuelta a la Isla. El nombre tiene sentido, las calles de Mexcaltitán se inundan en tiempos de lluvias y la gente las recorre en lancha. Aquí la naturaleza es pródiga. Las especies de aves son una delicia para cualquier observador de pájaros. Garzas de muchas especies, fragatas, pelícanos, golondrinas, una enrome cantidad de plumajes, colores y decorados. El estero es también generoso. El camarón abunda y es de calidad notable, para elaborar deliciosos platillos, así como el pescado. Además del turismo, la pesca es la principal actividad de los habitantes.
La comida es de otra dimensión. Hay varios restaurantes, pero el más emblemático es mariscos Kika, ubicado enfrente de la isla, en un pequeño islote, que de por si resulta todo un paseo. Aquí los platillos son incomparables. Es el lugar donde se creó el ya famoso paté de camarón, que hoy se ha extendido por toda la región. Además, el camarón se prepara en recetas clásicas, como al mojo de ajo, a la mantequilla o empanizado; al natural lo probamos en aguachile o en ceviche, y en preparaciones típicas del sitio, como las albóndigas de camarón o el ya citado paté. Por descontado que el pescado sarandeado, un clásico nayarita, es aquí también muy recomendable. Pargo o robalo recién salido del estero es una delicia para cualquier paladar exigente.
Mexcaltitán ha recuperado la categoría de pueblo mágico. Una inversión de 35 millones de pesos, que sirvió para pintar las casas, reparar andadores y el embarcadero, hacen lucir la Isla de manera grata y amigable, desde octubre del 2020. Sus habitantes, habituados al turismo son gentiles y amistosos. Es recomendable visitar el museo, en la plaza central y la pequeña iglesia, dedicada al Santo Patrono del pueblo. Cuando llegó la conquista, las deidades prehispánicas se convirtieron en San Pedro apóstol. En las fiestas patronales, la gente saca al Santo y hace una peregrinación en lanchas hasta dónde el cura del pueblo reparte la bendición para todos. Luego, las calles de todo el poblado son escenario de una fiesta de larga duración.
Hoy día es posible pernoctar en la Isla. El Hotel La Gran Tenochtitlán se convierte en una opción agradable, para quienes deseen prolongar una estancia, que hasta hace algunos años era de ida y vuelta. El Hotel sigue la tradición local y en sus pasillos reproduce el códice de la peregrinación azteca, con convenientes explicaciones que facilitan la comprensión de los pictogramas con los que nuestros ancestros narraron su aventura.
El acceso a la Isla se da por dos embarcaderos: por el lado de Santiago Ixcuintla, pasando el pueblo de Sentispac, y por el lado de Tuxpan, luego del poblado de Unión de Corrientes. Ambos caminos son escénicos, y antes de llegar a los respectivos embarcaderos, muestran la zona de manglar, la vegetación y las especies de aves del lugar. Si se desea pernoctar en la Isla, es posible dejar, con seguridad, el vehículo propio, en el estacionamiento de cualquier embarcadero.
La próxima vez que planee una salida de fin de semana, puente o vacaciones, considere a la Isla de Mexcaltitán como un destino entre sus opciones. Seguramente se verá recompensado…
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