
Visión Financiera
¿A usted le fue bien en el 2020?
La respuesta es una obviedad: solamente en el Segundo informe de Gobierno o en las mañaneras se escucha que la economía mexicana va mejorando. La percepción general es que el 2020 fue bastante desastroso y que a la mayoría de las familias mexicanas les significó un recorte en sus ingresos y un retroceso en su nivel de vida.
Por supuesto que los amlovers justificarán la crisis con la pandemia, pero los números de la caída de la economía, para marzo de este extravagante 2020, ya mostraban un crecimiento de 0%, lo que significa en español sencillo, que la caída se profundizó con la pandemia y sus efectos, ya que ya la economía daba señales de deterioro.
Para los detractores del presidente López Obrador, la polarización, el nulo apoyo a la empresa privada, sustentado en el dudoso eslogan de “primero los pobres”, la mala gestión de la pandemia y el escaso fomento a la inversión han provocado la caída más seria en la economía desde tiempos de la revolución.
El presidente insiste en que la recepción de remesas es una señal positiva, cuando en realidad es una vergonzosa manifestación de incompetencia e inoperancia en la administración de los dineros nacionales. Y las muestras de optimismo presidencial chocan duramente contra la realidad de ese pueblo que difícilmente estará feliz, feliz, feliz ante el deterioro de sus carteras.
Pero la señales hacia el 2021 son aún peores. En pocos días se negociará el incremento del salario mínimo que es una bandera ideológica y propagandística del presidente. Seguramente éste subirá más allá de las posibilidades de muchas empresas y empujará a la de por sí rampante inflación. Pero como esos son indicadores neoliberales, con toda probabilidad el presidente los desestimará en las mañaneras y acusará a los analistas de fifis y conservadores. No en balde ha anunciado que está buscando, como si la economía fuese una ciencia intuitiva y de inspiración, un indicador que sustituya al PIB que expresa crecimiento, por otro que evidencia bienestar… Hasta que la realidad le impacte de frente a tantos mexicanos que aún le creen y que podrían ver sus expectativas frustradas.
Al incremento del salario mínimo, se suma, como una nueva mala señal para el sector privado, la salida de Alfonso Romo, que ya le habíamos anticipado desde hacía dos semanas atrás en este espacio. Por ahora sólo le queda al presidente un asesor vigente del sector privado, Daniel Chávez, de Vidanta. Y como ya le habíamos comentado, los ahorros del país ya se acabaron, ya se gastó todo en los programas de bienestar.
Para los mexicanos las expectativas se reducen, quedan la economía informal y las remesas como principales motores económicos. Las empresas quiebran o se empequeñecen, los salarios reales decrecen y la obligación de incrementarlos podría significar otro golpe y el consiguiente cierre a muchos negocios establecidos. 2021 pinta mucho más complicado que el de por sí difícil 2020.
Las opciones de este panorama:
a) López Obrador sigue convenciendo en el discurso que todo está bien, las mayorías le siguen creyendo y justifican los errores en la pandemia y en el pasado prianista…
b) López Obrador insiste en su discurso, pero la realidad golpea severamente a las familias y éstas terminan por confrontar la realidad contra las palabras, aunque el presidente alcance a maniobrar electoralmente y minimice este efecto…
c) La realidad transforma la economía en política. La dureza del 2021 podrá frustrar a miles y verse reflejada en las urnas…