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Libros de ayer y hoy
Magnificencia absoluta. Vestigios de una gran época. Construcciones prominentes. Edificios que se besan. Majestuosidad en cada calle. ¡La época gloriosa que se nos fue! La grandeza olvidada de nuestra historia. ¿Qué fueron de los 300 años de La Colonia? ¿Dónde se quedaron? ¿Por qué, si es una página grande del libro, se le arrebató del texto?
¿Qué fue de la riqueza de la Nueva España? ¿Qué manos manchadas escondieron tanto esplendor, tanta gloria, tanta majestuosidad?
Acabo de regresar de la capital de Guanajuato. Cada vez que he ido, no deja de impresionarme la majestuosidad de sus construcciones. La algarabía de las miles de casas y edificios majestuosos. Sin duda, resquicio de un pasado de gloria. Cúmulo de abundancia de bienes materiales y espirituales. Solo así, se explica tal magnificencia, tal esplendor económico e intelectual.
Y es que, como se decía al principio de esta columna, hemos arrancado de nuestra historia las páginas de la época colonial de lo que hoy es nuestro país. Aquel tiempo, que los enemigos del verdadero progreso de los pueblos, odian con clamor manifiesto. Esas páginas, que vivimos y hoy están por siglos marginadas de la historia. Tal pareciera que México, son solo los pueblos indígenas, luego, la conquista española y, de ahí, nos brincamos trescientos años en el limbo existencial. Así, de un salto se llega al inicio de la Guerra de Independencia, luego, a la Reforma y después, a la Revolución Mexicana y, ahora culminamos con La Cuarta Transformación.
Pero, se nos pasa, que la Nueva España, fue potencia. Era, sí, una colonia de España, pero con vida y riqueza propias. Era tan rica que, prácticamente se puede decir que mantenía a la metrópoli. Pero, el discurso de nuestra historia nacional ha sido desviado y degradado.
En esta última visita fuimos a la bocamina de San Cayetano. El guía no paró de decir que los españoles se robaban el oro y la plata de “nuestro país”. Que los españoles nos esclavizaron y solo se enriquecían ellos. Y así, muchos guías de turistas manejan una historia maniquea en la que los buenos son los mexicanos y los malos los españoles.
Lástima, se olvidan de que, en este territorio, antes de la conquista, había pueblos dispersos, muchos de ellos eran tribus, algunos otros, como los mayas, los teotihuacanos, y los aztecas, habían alcanzado cierta civilización. Pero, había encono entre ellos. Ellos sí que se esclavizaban y, peor aún, literalmente, se comían entre sí.
De México solo se puede hablar a partir de la unificación que de estas tierras hicieron los españoles con la mezcla de la sangre europea con la indígena. Resultado palpable en el pueblo mestizo, o sea, el mexicano. Antes de eso, no había mexicanidad. No se puede hablar de un país.
Habría que, ahora que está de moda hablar de transformaciones, reestablecer nuestra historia e incluir, en las páginas del libro nacional, la gran época que fue la colonia de la Nueva España.
– ¿De qué escribió hoy profe? –
– De la gran época olvidada de nuestro país que fue la Nueva España. –
– ¿Qué? Yo no más conozco la rolita de Mocedades, “La otra España”. –