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La Ahogada, el que la prueba se pica
¿Ha vendido un carro, estimado lector? ¿Ha hecho cambio de propietario? ¿No? Pues, puede haber alguien que maneje su otrora vehículo a su nombre y ni siquiera sabe quién es, qué hace o qué puede hacer.
Hace 11 años regresé a Nissan Vamsa un Platina 2005. El disque abogado de la agencia, me convenció de devolverlo si tenía problemas de solvencia económica. Así lo hice. Desde entonces ese auto ha sido mi pesadilla. Yo le quería quitar las placas. – no te preocupes, yo hago el cambio de propietario-, me dijo.
En 2011 llegaron peticiones de cobro por tenencias atrasadas y, amenazas de embargo, amen de que habían llegado fotomultas. Fui a todas partes: a la Agencia, a la Secretaría de Finanzas, al despacho de abogados. En la Secretaría de Movilidad intenté dar de baja ese auto,
-No se puede, tiene que traer las placas. –
-Pero, no las tengo, se fueron con el auto. –
-Consígales y le hacemos la baja.-
En la agencia no sabían nada. En la firma de abogados, de donde supuestamente era el “aboganster”, a quien le entregué el auto, tampoco.
Fui a la Procuraduría de Justicia, en la calle 14 de la Zona Industrial de Guadalajara a levantar una denuncia.
-Pues no se puede. Eso no es delito.-
– ¡¡¡¿¿Qué pero, si alguien trae ese auto a mi nombre?!!! ¿Cómo no va a ser delito? –
– Pues, no. Es solo una falta administrativa -.
Y así, ahora en 2020, año del cuál nadie nos queremos acordar llegó otra foto multa, que “por exceder la velocidad”. Velocidad en exceso deberían tener las autoridades para combatir la corrupción en todos los niveles.
– ¿De qué escribiste hoy?-
– Sobre el Platina que se llevó el abogado. –
– ¿El que te trató como a la Amanda Miguel? –
– – ¿Cómo? –
– “El te mintió, el te dijo que cambiaba y no era verdad…”-
¡¡¡PLOP!!!