
Visión Financiera
Quiebra en Nayarit
Los efectos perniciosos de la pandemia se conjugaron con un escenario macabro: la suma de una deuda impagable y un gasto corriente abrumador, para que el Secretario General de Gobierno de Nayarit anunciara, en una entrevista televisiva, que el Estado está materialmente en quiebra y no hay dinero para pagar la siguiente quincena a los trabajadores al servicio del Gobierno estatal. Ya no hay ni para la nómina.
Nayarit es un estado poco productivo y sumamente dependiente de la federación. Mantiene la misma población desde 1985, señal evidente de la migración de sus jóvenes hacia otras latitudes en busca de mejores oportunidades de vida. Su producto interno bruto es deficitario y su contribución a la economía nacional es nula. Es Nayarit se vive un capitalismo de Estado en el que los recursos que mueven a la entidad provienen del gobierno federal; el Gobierno del Estado es el principal patrón, el empleador más importante y en tanto la única entidad en la que circula dinero, el mejor botín para sus gobernantes, que han saqueado, al menos en los últimos cuatro regímenes, a la entidad.
Este cuadro dramático se pinta con intervención del gobierno de Ney González, que contrató una deuda impagable, que el ex gobernador invirtió en millonarias sumas destinadas a convenios con la prensa “nacional”, que salvaron su imagen y la escindieron de la de muchos de sus homólogos, tachados de corruptos. González, en un alarde maquiavélico, para quedar bien él, y dejar una herencia maldita a su sucesor, extendió las prerrogativas del Sindicato de Trabajadores al servicio del Estado Y Municipios, hasta hacerlas impagables. El que ya no tuvo dinero en las arcas fue Roberto Sandoval, quien, a través de la extorsión a sus conciudadanos, amasó una enorme fortuna, en complicidad con el ex fiscal Edgar Veitya, vinculado al narcotráfico y preso en Estados Unidos. El gasto corriente era una losa, lo mismo que el servicio de la deuda. En una ocasión Roberto Sandoval comentó a este redactor que de cada 10 pesos que gastaba su gobierno 8 iban a parar al sindicato de burócratas.
El Gobernador Antonio Echevarría García, en su campaña ofreció que los empleados del gobierno ya no tendrían problemas. En su toma de protesta, fustigó severamente al Gobierno corrupto de Sandoval y ofreció justicia a los nayaritas. Asimismo, una administración honesta y eficiente. Es evidente que si se hubiera procesado el ex gobernador y los pingües bienes de Sandoval hubieran vuelto a las arcas estatales, otro gallo cantaría a Nayarit. Pero, de acuerdo con testigos presenciales de tal hecho, hubo un acuerdo de complicidad entre el saliente y el entrante, que ha hecho del discurso el único activo nayarita, y con saliva es imposible pagar las quincenas de los trabajadores. Y en cuanto a la administración, ha resultado poco eficiente y ha desilusionado a un amplio sector de la sociedad nayarita.
Para la lideresa del sindicato de burócratas, Águeda Galicia Jiménez, la quiebra no existe. Este anuncio sería solamente una maniobra política del gobernador para “llorar” su pobreza ante el presidente y solicitar dinero a la Secretaría de Hacienda, y al final de cuentas, conseguir más dinero, además del que ya se tiene, listo para saldar los sueldos y las inconmensurables prestaciones de los burócratas nayaritas.
De cualquier manera, el anuncio pone las barbas de otros gobiernos estatales a remojar. En Jalisco, Enrique Alfaro ha ponderado públicamente el apoyo de la Secretaría de Hacienda. El ejecutivo jalisciense sabe bien que la viabilidad de su gobierno depende de los flujos de recursos federales. Bien haría el gobierno federal en priorizar las necesidades de los estados, en lugar de las ocurrencias del primer mandatario. Bien harían los gobernadores en observar el caso de Nayarit y prever en sus respectivas gestiones.
Ante esta situación caben algunas opciones:
a) El caso Nayarit es un evento aislado, producto de determinaciones internas, que no afecta al resto del país
b) El caso Nayarit es un síntoma de regímenes y administraciones mal planeadas y mal ejecutadas, que podría ser espejo y replicarse en otras entidades
c) El caso Nayarit podría ser un síntoma de una crisis profunda que podría afectar a otras entidades. Una bola de nieve que pudiera convertirse en avalancha…
Usted tiene la mejor opción…