
La Ahogada, el que la prueba se pica
TRONÓ LA BOMBA
Por fin alzaron la voz. Varios empleados del sector salud, en su mayoría enfermeras salieron a la calle para manifestarte. Fueron hasta Casa Jalisco para pedirle al Gobernador de Jalisco que les diera una respuesta al por qué se permite que en su área de trabajo no todos puedan acceder a una base, esa que les permite contar con todas las prestaciones.
Y es que, muchos tienen hasta 16 años laborando y siguen esperando a que les den su planta. Esto no es nuevo, es de años y no es exclusivo de un hospital, ocurre en todos los públicos.
Es increíble que una persona esté entregando su trabajo tantos año sin posibilidad de tener un ahorro para su retiro, de estar en nómina y más aún de contar con seguro médico.
Hoy en pleno 2020 este último es muy importante. Por esta pandemia es inhumano que ellos que están en la primera línea de combate contra el Covid 19 no tengan la seguridad de poder ser atendidos como se debe en caso de enfermarse.
Peor aún porque al no tener prestaciones, en caso de incapacidad del sueldo mejor no hablamos. No tienen certeza en nada.
Lo más triste es que pese a que Enrique Alfaro estaba en Casa Jalisco atendiendo a los de Mercado Libre, a quienes dejó en la ronda de preguntas para ir a atender otros asuntos, pero entre esos problemas que tenía que atender no estaba el salir a escuchar las peticiones de los manifestantes.
Hasta la fecha se le sigue recalcando que para recibir a los dueños de canchas futbol sí salió a escucharlos, pero en los muchos otros eventos, no les da la cara.
El secretario de Salud, Fernando Petersen señaló que iban a hablar con el sector salud en el transcurso para escuchar sus peticiones y que revelaría los resultados.
Hasta el momento de realizar esta editorial no se dieron a conocer los acuerdo de esta plática. Esperemos que sea lo mejor para todas esas personas que se encargan de preservar la vida de miles de jaliscienses y que ahora con el coronavirus, están viviendo el peor momento de su profesión, esa por la que juntaron dar todo al momento de titularse.
A INVESTIGAR
Tiene mucha razón el Presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando, a partir del caso Lozoya, señala la importancia de investigar si los senadores de la República recibieron sobornos para aprobar la reforma energética. Y es que Andrés Manuel conoce muy bien estas prácticas “legislativas”.
En México es asunto muy frecuente que los sufridos legisladores, sean diputados o senadores, reciban como compensación a sus enormes esfuerzos por tratar de comprender las iniciativas de ley, jugosos emolumentos que les incentivan, con esta apropiada motivación, a votar a favor de alguna iniciativa.
Esta práctica explicaría al lector, aún poco avezado en ellas, por qué la ideología ha dejado de ser una bandera de los partidos, y cómo puede ser que legisladores de posturas, en el papel, irreconciliables, coincidan “mágicamente”, en esos ejercicios que los tribunos definen, para auto justificarse, como de libertad política.
El pragmatismo ha rebasado a las banderas de lucha y, con todo conocimiento de caso, los sobornos han persuadido a duros legisladores en la tribuna a “convencerse” y finalmente, amparados en el casi anonimato, votar en favor de la iniciativa que el poderoso caballero impulsa.
La práctica es un hecho, a nivel nacional y desde luego en los Estados, en donde empréstitos brutales, que dejan severas secuelas financieras para administraciones posteriores, han sido contratados por Gobernadores con miras de corto plazo, avalados por el “moche”, de un pequeño porcentaje del préstamo solicitado, en favor de las cuentas bancarias de los diputados locales, sean del color que fueren. Y los legisladores prefieren enriquecerse que pensar en lo que dejan a los siguen. Es la lógica del rancho. “el que venga atrás arree”.
Andrés Manuel lo sabe muy bien, y ya circulan versiones en torno a la posible intervención de la compañía Odebrecht, para, presuntamente, financiar tales sobornos. Por lo pronto, los senadores, de mayoría priista y panista, que avalaron la reforma energética, tienen frente a sí mismos la amenaza real de que sean verdad estos presumibles sobornos y de que, si se comprueban, salgan a la luz pública. Sería un gran apalancamiento para el Gobierno Federal y el discurso de combate a la corrupción del Presidente López Obrador, que ahora sí, tendría en la mira a varios posibles señalados que cambiarían su estatus de políticos reputados a simples delincuentes.