
Legado de Vargas Llosa perdurará en las letras universales
GUADALAJARA, Jal., 20 de Julio de 2020.- Este edificio con más de 400 años de historia, no siempre fue una biblioteca, originalmente, en la época colonial, fue el colegio y templo de Santo Tomás de Aquino, lugar que estaba a cargo de los jesuitas y que alberga murales de Amado de la Cueva y de David Alfaro Siqueiros.
Para 1792 fue sede de la Real y Literaria Universidad de Guadalajara y en 1937 fue derribada una parte del lugar por lo que se conserva lo que es el extemplo de Santo Tomás de Aquino y la capilla de Loreto.
Fue a partir del 19 de julio de 1991, cuando su inauguración fue como biblioteca, con el nombre Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz, en honor al gran escritor.
Ahora con puertas cerradas, esta Biblioteca cumplió 29 años, sin embargo, debido a la pandemia fueron cancelados todos los servicios de la biblioteca y está cerrada de manera indefinida.
Ubicada en el corazón de Guadalajara y dentro de la ahora llamada Plaza Universidad, este lugar representa un refugio para los estudiantes del conocimiento y además, antes de la pandemia se ofrecían actividades y opciones culturales.
Cabe destacar que en su fundación, la biblioteca tenía 15 mil volúmenes y en este año ya suma más de 70 mil ejemplares de libros dedicados a la literatura y las humanidades de Iberoamérica, que son utilizados por investigadores y académicos.
Su actual directora, Carmen Villoro, quien tomó este nombramiento el año pasado, dijo que el cierre se mantendrá en las próximas semanas y los festejos de aniversario se llevarán a cabo el próximo año, cuando se cumplan 30 años como Biblioteca.