
Libros de ayer y hoy
Es Rubí, la valiente. Para entender la profunda importancia que tiene el traspaso de la atacante surgida de Chivas al futbol español, es necesario poner sobre la mesa el contexto en el que se da la operación. Tanto en lo deportivo, como en lo personal, la decisión tomada por la ahora ex futbolista rojiblanca es digna de total reconocimiento.
Primero hay que comprender: las operaciones en el balompié femenil nada tienen que ver con las del varonil. No se manejan cifras en millones de euros, ni las jugadoras que logran dar el salto aspiran a un salario exorbitante que les de la vida de lujos que un futbolista tendría en una Liga tan importante como la española.
El futbol profesional femenil en México arrancó con sueldos muy bajos y mucho “amor al arte” por parte de las jugadoras. Ahora, esa situación poco a poco comienza a mejorar. España lleva años de ventaja. Su Liga está mucho más desarrollada. Tanto, que incluso tiene una Segunda División. Ahí es donde Rubí Soto jugará con el Villarreal. Y aunque seguramente tendrá un mejor salario, el dinero no es el principal motivo para cambiar de país.
Deportivamente, el reto es grande. Soto va a un equipo que aspira al ascenso. No le importa jugar en Segunda División, porque sabe que su futbol lo único que necesita es la oportunidad de ser visto. Es tanta la confianza en sí misma que aun antes de partir a Europa, está convencida de que estará pronto en el máximo circuito del balompié español.
Y jamás, bajo ninguna circunstancia, se puede menospreciar el valor de una persona que hace lo necesario por cumplir su sueño. Nadie debería criticar que vaya a la Segunda de España, porque jugando ahí estará más cerca de la primera que estando en México, ¿no? Ella se puso una meta. Tenía una ilusión. Ahora está más cerca de cumplirla. Punto.
Después, está la parte más complicada al momento de tomar esta decisión: la personal. Rubí Soto perdió a su mamá apenas el pasado 3 de junio. El deseo primario, como dijo ella misma, era pasar todo el tiempo posible con su padre y hermanos. La herida aún es muy reciente y sanarla requiere la fuerza de todos los integrantes de la familia.
Justo en eso, surge la posibilidad de cumplir el sueño que tiene desde que comenzó a patear un balón. Vaya dilema. Unos pensarán que lo mejor era quedarse con la familia para terminar de sanar. Otros dirán que el tren de las oportunidades a veces pasa sólo una vez en la vida. Pero sólo quien atraviesa por la situación puede decidir lo mejor.
Seguro que no fue una decisión sencilla, pero contó con el apoyo de todo mundo: sus compañeras, su directiva y sobre todo su familia. Toda la gente alrededor le quiere y le respalda. Eso habla de que más allá de ser buena futbolista, es buena persona. No es sencillo alejarse en un momento tan complicado, pero los sueños son para alcanzarlos.
Desde arriba, un ángel la cuidará y la guiará en la aventura más importante hasta hoy de su carrera como futbolista. Al tomar la decisión, ella ha dado ya una enorme muestra de entereza y arrojo. Es una mujer que a los 24 años no tiene miedo de perseguir sus metas. Es histórica, porque es la primera exportación de Chivas. Es un ejemplo de que sí se puede. Es Rubí, la valiente.
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