
La Ahogada, el que la prueba se pica
Para usted, ¿qué es la verdad estimado lector? Muchos dirán “es lo que es cierto”, “es lo que realmente sucede o sucedió”. Hablando filosóficamente, la verdad “es lo que es”. Así tenemos a la verdad lógica, que es la adecuación de nuestra mente con las cosas. Si yo veo un árbol con hojas verdes, pienso: “este árbol tiene hojas color verde”. Hay sintonía entre lo que pienso y lo que es.
También, en filosofía se distingue la verdad moral. Esta es la adecuación de la mente con lo que se dice. Volviendo al ejemplo, del árbol, si digo que las hojas de ese árbol son verdes, tengo una verdad moral. Por otro lado, si digo que ese árbol tiene hojas color lila, miento.
Pero, se puede objetar, “es que cada quien puede verlo como quiera”. Pero, no. El árbol tiene hojas verdes, punto. Me puede o no gustar así o, puede que yo quiera hacer una interpretación abstracta del árbol, eso ya es cosa mía. Pero, la verdad es lo que es. Por ello su importancia trascendental. Por ello su gran valor primordial. De otra manera, si no habría verdad andaríamos todos perdidos, engañados, confundidos.
Sin embargo, hoy en día, en esta ya vapuleada postmodernidad o hipermodernidad (como muchos la calificaran) notamos, ya no solo un desprecio por la verdad, sino un combate a la misma en muchos ámbitos, en otros, vemos, una evasión hacia lo que es.
En tiempos recientes se hablaba mucho del triunfo del relativismo, -cada quien tiene su verdad- pero, consideramos que eso se ha superado, en forma todavía más negativa, pues, el “cada quien tiene su verdad”, se ha convertido, hoy en día, en “cada quién tiene su mentira” o “cada quien evade o desprecia la verdad”.
En el ámbito de los combatientes de la verdad hay varios sectores que a diario se empecinan en atacarla. Saben que mienten y hacen ver que sus mentiras “son verdades”. Es aquí donde muchos se aferran a una mentira. Así, intuyen que los engañan, pero, como temen a la verdad, se aferran a ellos.
Lo anterior se da mucho en los ámbitos políticos, unos pocos mienten, y muchos se abrazan a sus mentiras. Esto, se extiende cada vez más a ámbitos, sociales, culturales y de todo tipo de actuación humana.
Así, como se habla de relativismo, también se menciona el nihilismo, donde ya no hay verdades, ni valores, ni trascendencia. Pero, más allá de eso, creemos que, respecto a la verdad, hay combate y evasión.
En esto, también notamos la tergiversación de la realidad física con la realidad virtual. Hoy en día se prefiere más a esta última. Todos deseamos y buscamos naturalmente la sociabilidad, pero, estamos rodeados de gente, sin embargo, no soltamos el “apparatum” con las redes sociales, sociabilizando en otro ámbito, que no vemos, que nos queda lejos.
Así que, aceptemos la verdad, no la combatamos. La verdad vale por sí y, junto con la vida, es la posesión más perfecta y valedera que podamos tener. Tampoco la evadamos, no sea que después, ya no la sepamos distinguir.