
Visión Financiera
La publicidad basa su éxito en crear necesidades. Muchas veces no conocemos algún producto, nunca lo hemos usado o, no lo creemos conveniente tener, pero, posteriormente, nos es vital adquirirlo. Ésto, en buena parte, se da por lo reiterativo del mensaje, por el contenido del mismo y, por las emociones que despierta.
Exitosa es la campaña del Jetta que lo posicionó como un auto para la gente de buen nivel económico. “Todos tenemos un Jetta, al menos en la cabeza”.
En la industria farmacéutica las cosas funcionan análogamente. Se nos crea la necesidad de usar la medicina. Pero, como tomar ciertos fármacos no es una moda, ni anda uno por ahí presumiendo que toma antidepresivos o, que, nunca sale uno de casa, sin Aspirina o Pepto Bismol, la necesidad se crea con la enfermedad.
Si la mayoría de la gente estuviera sana o no necesitara de fármacos para “mantener” su salud, pues, ¿qué venderían los Bayer, los Aztra Séneca, los Pfizer, los Pisa? Pues, muy poco.
De esto, en buena parte, se desprende la conspiracionista hipótesis de que muchas pandemias son creadas, o al menos, inoculadas o esparcidas. En una ocasión, hace muchos años, platiqué con un infectólogo y me comentó, que él estaba convencido que, el virus del SIDA, fue creado en laboratorio.
Y así, podemos hablar de varias enfermedades o brotes de epidemias al menos de la mitad del siglo pasado a nuestros días, creadas o esparcidas, ex profeso.
Ahorita, ya nos hemos acostumbrado a hablar de cáncer. Y nos preguntamos, ¿con tanto avance tecnológico y científico, donde el ser humano ha avanzado tanto, que hasta sondas espaciales han ido a Marte y, otras tantas maravillas inventadas que nos sorprenden, cómo es posible que no haya una cura contra el cáncer? Difícil de aceptar, sin duda.
Y así, entonces, sospechamos que esta nueva pandemia, que amenaza con hacerse mundial, el ya famoso y “memetizado” coronavirus no haya sido esparcido para que las compañías farmacéuticas, vendan más. Máxime que con la emergencia de salud que se desataría, los gobiernos comprarían los paliativos o los medicamentos que ayudarían a mantener vivo al enfermo.
Así que, estemos pendientes como se desarrollan los acontecimientos. Clamemos al Cielo que esta pandemia no llegue a México, porque, “guácala, fuchi” aquí, hasta los paliativos escasean.
Esposa: ¿De qué escribiste hoy?
Esposo. De que, a mi parecer, ese corona-virus, es culpa de las farmacéuticas.
Esposa: ¡Ah! y ¿de quién es culpa tu Tecate-virus?