¡¡¡Plop!!!
-¡Cada quien tiene su verdad!- Frase constantemente repetida. Dicha triunfalmente en las conciencias soberbias, seguros de estar diciendo la verdad más absoluta. Pero, la verdad es solo una. Analicemos: sobre cualquier cosa hay una sola verdad. A ésta, la podemos desconocer, pero eso, no obsta para que la verdad sea una. Traiga a la mente, cualquier cosa, cualquier recuerdo, cualquier acontecimiento mundial, cualquier noticia y advertirá que la verdad es solo una.
Muchas veces podemos desconocerla, pero, no por eso, no existe o, lo contrario, cada quien tiene una. Podemos opinar quizá y, lo que si hay mucho, son opiniones, no verdades. De hecho vivimos en una sociedad donde se exalta la opinión, no la verdad.
Sigamos con el ejemplo propuesto, una noticia: Los desaparecidos –desgraciadamente- de Ayotzinapa. ¿Qué pasó con ellos?¿Los mataron? ¿Si? ¿Cómo? ¡A balazos! ¡No! Dirán otros: ¡Los quemaron! Otros más, -¡Los enterraron vivos! Etcétera, etcétera. No sabremos quizá la verdad. Pero, eso no quiere decir que no exista.
Pero, ¿qué es la verdad? Es simplemente la adecuación de la mente con la realidad de las cosas. Si esa pared es blanca, importa poco que alguien diga que es verde o rosa. Las cosas son lo que son y punto. Tal vez no me guste una realidad sobre algo. O prefiera un ente a otro ente. Sin embargo, eso no quita que sea real, que sea verdad.
Decir que cada quien tiene su verdad es relativismo (en relación a, a ti, a mí, a él, a ellos). Y como hemos analizado la verdad simplemente es, independientemente de cómo la percibamos o nos agrade o nos disguste.
-Bueno, pero hay quienes presumen de tener la verdad absoluta y la quieren imponer a otros-. A esto podemos decir que la verdad no es manipulable, ni nadie es dueño de la verdad como una posesión intransferible. La verdad es y, para obtenerla, solo es necesaria una actitud serena, sin jactancia, sin soberbia. Porque, la verdad se manifiesta a los espíritus abiertos a ella, sin escrúpulos o prejuicios, sin odio, sin violencia.
Desafortunadamente, hoy en día, más que nunca, la verdad se manipula o se oculta o se niega, pero siempre, siempre surge por inercia.