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GUADALAJARA, Jal, 4 de abril 2019.- El Festival Internacional de Cine Documental Ambulante, lleva más de una década mostrando la mejor selección de este género y poniéndolo en el centro de la discusión en todo el país. En sus propias palabras, su intención es “apoyar y difundir el cine documental como una herramienta de transformación cultural y social”.
Como parte de la programación de su edición 2019, el lunes primero de abril se llevó a cabo en Casa ITESO Clavigero, la proyección del cortometraje “Las visitadoras”, y el largometraje “Cuando cierro los ojos”; ambas obras dirigidas por el cineasta Sergio Blanco Martín.
El primero sigue a Lupita, mujer intérprete de lenguas indígenas en el sistema judicial de Chihuahua, y pionera de la profesión en esta entidad. En el segundo, escuchamos de la voz de sus protagonistas, Adela y Marcelino, el proceso que vivieron al ser culpados y sentenciados a prisión por crímenes que no cometieron.
Adela y Marcelino son personas indígenas, su lengua materna son el mazateco y mixteco, respectivamente; y el documental está narrado enteramente en estos idiomas. Ambos procesos legales estuvieron llenos de irregularidades, destacando la elaboración de evidencia, la tortura para obtener confesiones falsas; y sobre todo, la falta de un intérprete de su lengua natal que pudiera acompañarlos.
En el documental, se dice que el 80% de las personas indígenas que están presas en el país, no contaron con un intérprete durante su proceso legal; siendo éste un derecho garantizado por la constitución, junto al derecho al debido proceso el cual es un derecho humano universal.
“Cuando cierro los ojos” es una obra cruda pero visualmente cautivadora. Un ensayo estético cuya historia camina de manera tranquila y a paso firme, develando problemas estructurales que han prevalecido por demasiado tiempo. Por un lado, un sistema judicial fallido que lejos de garantizar nuestra seguridad, está llenando las cárceles de personas inocentes y pobres; y por el otro, la discriminación de las personas indígenas del país, la relegación de todo un sector de la población cuya cultura es diferente a la dominante, y por ende, ignorada.
Al finalizar la proyección, se llevó a cabo la mesa de diálogo “Justicia y derechos indígenas”, en donde participaron diferentes profesionales del campo. Destacó la participación de Ana García, joven activista indígena, integrante del colectivo Jóvenes Indígenas Urbanos. La hermana de Ana es intérprete del mixteco, un idioma que cuenta con más de 70 variantes. Ana mencionó, que hay alrededor de 600 intérpretes en todo el país; una cifra insuficiente, considerando que en México hay 7.4 millones de personas que hablan alguna lengua indígena, según la Encuesta Intercensal 2015 del INEGI.
Para Ana, ser intérprete es “comunicar la verdadera historia”, aquella historia que es ignorada por completo al no dar voz a sus parlantess.
En un país que se ha construido a base de “verdades históricas”, me parece urgente y necesario escuchar la versión no oficial, la de las personas comunes. Gracias, Ambulante, por ser el espacio y portavoz de estas otras verdades; por ser uno de los intérpretes de esta compleja realidad llamada: México.