Abre Zapopan convocatoria para proyectos de stop motion
He visto caer una lágrima en tu tierno pecho enrojecido, rosa, ¡es tu culpa! Y siempre será tu culpa, flor, de malditos ensueños, aleja tu perfume de mí, que mi sexo te encuentra y sodomiza a mi deseo.
No es tu elixir el que se presenta en vida y literatura, en la poesía y en mi amargo puño sangrante de espinas, no fue suficiente horror la muerte de aquel ruiseñor que de su pecho enzarzado desparramara su alma en rojos borbotones para crearte a ti, y ser obsequiada a un tubérculo enmohecido, pútrido y moribundo.
Quién eres tú, avaro bulbo palpitante quién exprime al alba por un breve rocío tan sólo para ti. Quién eres tú que erotizas a flor, abeja y corazón. Bestia, hombre y monstruo busca tu falo ensanchado de verde fragor y de frescura de eterna mañana.
Enigmática fragata, la noche te alcanza y abrumas con tu canto al sereno. Quién eres tú gular de fuego que al tiempo desafías, que desde el principio de los tiempos habitas y vas penetrando al presente día a día hasta mostrarte ante mí. ¡Responde! Quién eres tú que mi deseo por tomarte acecha mis manos, abreva a mi diestra, que tenebrosa rechina, la angustia agria se filtra entre mis dedos y un cuádruple tambor quiebra mi pecho, y de las fisuras brota negra brea. Ya veo en mis palmas tu precioso botón abierto, permíteme desgarrar tus más sublimes raíces para completar la atracción.