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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de marzo de 2019.- En 78 años de vida de la Banda Sinfónica de la Secretaría de Marina, las mujeres poco a poco se han integrado al considerado como el mejor ensamble en su tipo en México; en las filas de la agrupación se encuentran 13 mujeres entre los 81 músicos que la conforman, quienes combinan la disciplina militar con el rigor técnico y académico para ejecutar instrumentos de aliento, percusión o cuerda.
La teniente de navío del Servicio Músico Naval, Vilka Castillo ha sido protagonista durante 19 años de la incursión de las mujeres a la Banda Sinfónica fundada en 1941, como ejecutante del corno francés y doctora en etnomusicología por la UNAM, ha dedicado parte de su formación profesional no solo a dominar las técnicas de su instrumento sino a investigar y documentar la evolución de la banda sinfónica y su identidad dentro del instituto armado.
“Para mí es un gran orgullo pertenecer a la Marina, soy afortunada como profesional de haber sido aceptada en las filas de la Armada de México y específicamente en este ensamble, porque he tenido la buena fortuna de entablar buenas relaciones con mis compañeros, también está el contacto con el público, el cual ha sido invaluable, antes o después de cada concierto la gente se acerca, nos reconoce no solo como miembros de la banda sino también como embajadores de la institución”, refiere en entrevista la también egresada de la Facultad de Música de la UNAM.
Con talento y disciplina, Vilka Castillo ha sido un ejemplo para destacar en ámbitos que ya no son exclusivos de los hombres, donde la máxima para permanecer vigente es responder con calidad y rigor artístico al nivel musical que demandan las fuerzas armadas.
“Yo invitaría a más mujeres a tirar de lado esta idea de que la banda es un ámbito único y exclusivamente para los hombres, cuando en realidad es un espacio para ambos, y más en la actualidad cuando existe un apoyo claro de la Marina para la superación profesional de sus integrantes.
“Al interior de la Banda Sinfónica, al igual de la visión de la cultura naval, la cual busca proyectar la propia institución, hay todavía un camino muy amplio por recorrer y hacer un contacto mucho más enriquecedor con el público”, considera la instrumentista quien para ingresar al ensamble tuvo que audicionar y acreditar sus habilidades musicales hace casi dos décadas.
El corno francés es un instrumento de viento metal, el cual no es común que las mujeres ejecuten en México, porque se considera una pieza pesada de aproximadamente 8 kilogramos, y se cree que el músico debe tener una gran capacidad de aliento, sin embargo, la Teniente de Navío siempre supo que lograr la maestría para tocar este instrumento está más vinculada al dominio de técnica que al género del ejecutante.
“En México cada vez hay más mujeres que ejecutan el instrumento metal o se dedican a las percusiones, ámbitos en los que existe una prevalencia de hombres”, añade con orgullo la Teniente quien ha estudiado la música clásica, popular y marcial.
“En todos estos años mi pasión por el ensamble y por la banda ha ido creciendo, procedo de una familia la cual por ser del norte tiene una tradición de bandas muy fuerte, soy de Sinaloa, y en esa entidad la tradición de bandas de aliento-madera y de percusiones es muy sólida.
“Digamos que desde muy chiquita viví y bailé la banda, ya con los años me integro a un ensamble, y en ese seno me perfilé por una banda militar, también por mi formación en etnomusicología, escojo como objeto de estudio la práctica de las bandas”.
Los músicos de la Marina no solo deben contar con una sólida formación artística y académica sino también participan en ejercicios militares, lo cual les permite combinar la libertad e inspiración con la disciplina y rectitud de la educación naval.
“Ensayamos toda la semana y los viernes por la mañana tenemos una formación de instrucción militar, donde guardamos un equilibrio entre esta formación artística pero también militar, las cuales no se contraponen, porque se complementan, y aunque el artista es un ser muy libre, en esa libertad debes seguir una rigurosidad, y esa disciplina la otorga la música, en ese mismo tenor hay puntos de conveniencia con la vida militar”, precisa la doctora al abundar que en mes el ensamble llega tener hasta 4 presentaciones entre conciertos y ceremonias.
La Banda Sinfónica de la Marina es concebida como una pieza que abona a la relación de la institución con la sociedad y es reconocida por la gran calidad y sensibilidad de sus integrantes, de ahí que un gran número de músicos aspiran a ingresar en sus filas.
“La música habla por medio de un lenguaje maravilloso que es la emoción, es una característica muy importante de esta, aunado a la parte de exigencia de rigor académico y artístico, los músicos somos muy celosos de nuestra profesión, pero nuestra institución también lo es, porque nos exige lo mejor de nuestro talento”, recalca Vilka Castillo quien al igual que sus compañeros del Servicio Músico Naval se prepara bajo la batuta del subdirector artístico Domingo Dorantes, en ausencia del director David Pérez, quien se encuentra comisionado en Cuba.