Baja 64% la inseguridad en el sexenio de Alfaro, según el SESNSP
GUADALAJARA, Jal., 3 de febrero de 2019.-Aunque dijo no estar enterado de la aprobación de la extinción del Instituto Jalisciense de Asistencia Social, el Arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega dijo que es importante que las modificaciones garanticen la continuidad en la atención a los grupos vulnerables.
“Que al cerrarse sí va a haber algún efecto sobre todo en las obras que tienen que ver con personas mayores, con indigentes, con personas necesitadas.”
Dijo esperar que el gobierno estatal ofrezca alternativas para este sector de la población, un ejemplo, los refugios de atención a migrantes operados por sacerdotes.
El prelado recordó qué hay otras instancias que apoyan organismos de la sociedad civil con causas sociales como Cáritas, el Banco Diocesano de Alimentos y colectas en algunos templos.
Este fin de semana, personal de la Unidad Asistencial para Personas Indigentes conocido como UAPI, operado por el IJAS fue despedido, con lo cual quedaron sin atención cerca de 300 personas entre adultos mayores, enfermos y discapacitados en pésimas condiciones.
Ante esto, Robles Ortega dijo confiar en que el gobierno del estado, dentro de sus atribuciones para realizar una reingeniería de su administración, resuelva esta problemática social.
Por otro lado, ante las obras que en este momento se realizan en la Catedral de Guadalajara, el Arzobispo tapatío explicó que son debido a las fisuras que ya tenía el inmueble y que se agravaron con el paso de la Tuneladora como parte de la Línea 3 del Tren Ligero.
“Lo que se está haciendo en este momento es sellar esas fisuras qué hay en la bóveda a lo largo y a lo ancho y esa infraestructura en el interior es porque a veces cuando se está sellando la fisura hay un escurrimiento al interior”
Por ello, explicó, algunas zonas están resguardadas por plásticos para que el arte sacro del edificio no sufra daños.