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CIUDAD DE MÉXICO, 28 de septiembre de 2018.- El cantante mexicano Carlos Rivera fascinó a su ejército de “Riveristas” durante el primero de tres conciertos consecutivos que ofrece en el Auditorio Nacional de esta ciudad, como parte de su “Guerra Tour” con la que recorrerá varios países.
Tras varios meses de planeación, el artista le cumplió a los casi 10 mil fans que abarrotaron el majestuoso recinto del Paseo de la Reforma, pues les presentó un espectáculo de gran calidad en música, coreografía, luces, pantallas, performance y escenografía.
En medio de un ambiente bélico, el tlaxcalteca compartió poco más de dos horas de “show” en las que interpretó casi 30 temas de su repertorio, no obstante que también destacó por su charla constante.
Aunque en su mayoría fueron baladas, también puso de pie a la multitud para invitarlos a bailar a través de canciones con ritmos latinos en las que hizo gala de su sensualidad con movimientos de cadera y vestuario que exponía el resultado de varias horas en el gimnasio.
Tras una introducción musical que sobresalió con la presencia de una banda de guerra que descendía de la escalinata de la sala, el “coach” de la séptima temporada de “La voz… México” inició con “Amo mi locura”, una de las canciones con las que más se identifica.
“No me equivoco al decir que tengo a los mejores fans, y a quien lo dude, que vea esto. Esta noche es muy especial porque volvemos al Auditorio Nacional después de casi un año. Es una nueva gira y un nuevo disco de canciones que realmente han salido del corazón para llegar al suyo”, expresó a manera de bienvenida.
Portando un traje de gala similar al de la Guardia Inglesa, el cantautor invitó al público a que forme parte de su “Guerra”, la cual describe como una guerra de la vida, aquella en la que todos luchan y caen, pero se levantan.
“En las guerras realmente nunca se pierde, siempre se gana, se aprende y se toma mucho más valor. Esta noche vinimos todos los valientes. Tú eres quien te conduce por donde quieres y aunque fuera una locura, nunca dudé que algún día, a pesar de que no los conociera, nos íbamos a encontrar porque yo los esperaba”, añadió.
Acompañado de varios músicos, coristas y ocho bailarines, optó por “Te esperaba” como segundo tema, mientras soltaba un pequeño globo y dos pelotas gigantes transparentes formaban parte de la puesta teatral.
Después vinieron “Serás” y “Voy a amarte” hasta que llegó el momento de invitar a una fan al escenario para simular que juntos se irían de viaje por el mundo.
Jacqueline fue la afortunada. Le colocó un sombrero de paja, gafas oscuras y bailaron a ritmo de “Sígueme”, “Cielo azul” y “Juego de ajedrez”. Acto seguido, desparecieron del escenario con rumbo desconocido.
Luciendo ahora un traje de color blanco y ante seguidores provenientes de Chile, Venezuela, Perú, Brasil y México que portaban varias pancartas con mensajes de cariño y admiración, Carlos entregó el afamado tema “Recuérdame” que se desprende de la película de Disney, “Coco”.
Tras “Luna del cielo”, invitó a la española Beatriz Luengo para cantar a dueto “El hubiera no existe”, y después el romántico “Te amo hoy”. Al momento, un paracaídas se elevaba detrás del artista para dar paso al siguiente bloque musical que sobre el templete mostraba un aparente campo de batalla.
“Sería más fácil”, “Volveré” y “Grito de guerra” avanzaron en el programa musical para luego dar paso a un mensaje directo de Carlos: “Nadie tiene el derecho de decirle a otro que no puede, nunca lo permitas”.
Luego de “Si te vas”, en la que usó un paracaídas, expresó que no importa cuántas guerras se tengan que luchar, “por ustedes siempre valdrá la pena. Gracias, México”.
Con otro cambio de vestuario, ahora de camiseta y pantalón tipo militar, el cantante ponía a la vista la musculatura de su cuerpo y bañado en sudor, hacía vibrar a sus “Riveristas” con sendos giros y movimientos de cadera dentro de un segmento latino con “Lo digo”, “Bendita tu vida” y “Como tú” y “Deja amarte”.
“Más allá del amor romántico, yo le canto al amor universal, ese que se le puede dedicar a quien sea que ustedes amen”, apuntó para luego invitar a todos a compartir su amor mientras enmarcaba el momento con el éxito “Otras vidas”.
Bajo la promesa de que algún día hará un concierto de esos que duren muchas horas, el ganador de la tercera generación del reality musical “La academia” (2004) entró en la recta final de su show con “Que lo nuestro se quede nuestro”, “Sólo tú”, “Fascinación” y “Me muero”.
Parecía el final hasta que ejecutivos de la disquera Sony Music interrumpieron para entregarle Disco de Oro por altas ventas de su nuevo álbum que apenas hace unos días se lanzó al mercado.
Con un auditorio iluminado por las luces de los teléfonos móviles del público, el artista de 32 años comenzaba a despedirse a través de “¿Cómo pagarte?” para luego entregar, “Regrésame mi corazón” y “Amo mi locura” con las que cerró con broche de oro una noche mágica.