Designa Trump a Ronald Johnson como embajador de EU en México
ESTADOS UNIDOS, 9 de agosto de 2018.- El gobierno de Donald Trump anunció ayer que a partir del 22 de agosto, impondrá nuevas sanciones a Rusia; esta vez, en respuesta al presunto ataque de Moscú contra el exespía ruso Sergei Skripal en Gran Bretaña.
«La Federación Rusa ha empleado armas químicas o biológicas en violación del derecho internacional, o ha utilizado armas químicas o biológicas letales contra sus propios ciudadanos», dijo la portavoz del departamento, Heather Nauert.
RETRASO SOSPECHOSO.
Aunque Estados Unidos se unió a varios países europeos para culpar a Moscú pocos días después del ataque, Trump nunca firmó la orden que desencadena sanciones automáticas, pese a que así lo exige una ley estadunidense contra el uso de armas químicas, lo que levantó suspicacias entre los demócratas.
Las sanciones contra Vladimir Putin, aliado de Trump, llegan tras meses de presión por parte del Congreso, tanto del bando republicano como demócrata, ya que la imposición de sanciones bajo esta ley tenía un plazo límite de aplicación que estaba a punto de concluir.
Ayer, finalmente, el secretario de Estado, Mike Pompeo, rubricó las sanciones por envenenar con el agente químico Novichock a Skripal y a la hija del exespía en marzo pasado.
La medida llega con cinco meses de retraso desde que ocurrió el suceso y en medio de las acusaciones de Trump al fiscal especial Robert Mue- 11er de haber emprendido una «caza de brujas» en su contra, por la posible coordinación de la campaña del republicano con el Kremlin, para perjudicar a Hillary Clinton.
Un funcionario de la Casa Blanca que las sanciones implicarán entre otros aspectos la limitación de exportaciones de productos tecnológicos a Rusia.
De acuerdo con esa norma, Rusia dispondrá ahora de un plazo de 90 días para evitar sanciones más severas, para lo que tendrá que admitir una inspección de un organismo internacional como la ONU y garantizar que no volverá a emplear ese tipo de armamento.
UNA MUJER MUERTA.
Skripal, de 67 años, y su hija Yulia fueron envenenados el 4 de marzo en Salisbury (Inglaterra) en un ataque que, según Londres, fue orquestado directamente por Putin.