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CIUDAD DE MÉXICO, 15 de junio de 2018.- La fortuna del futbol sonrió a Irán, que ganó por 0-1 a Marruecos con un gol en propia meta del marroquí Aziz Bouhaddouz en el minuto 95 en un duelo que parecía condenado al empate.
El conjunto iraní, que se había dedicado todo el partido a esperar a Marruecos y salir al contragolpe, se encontró con tres puntos en un saque de esquina desde la izquierda que Bouhaddouz, en su intento por despejar, introdujo en la portería de su compañero Munir, condenando al conjunto magrebí, que había sido más ambicioso.
De esta manera, Irán logró su primer triunfo en su primer duelo de un Mundial y se enfrentará a España, una de las favoritas del Grupo B, con tres puntos en el bolsillo, mientras que Marruecos se irá de vacío y con la sensación de haber merecido mucho más, especialmente por su ambiciosa propuesta de los primeros minutos.
Marruecos e Irán protagonizaron un duelo inédito en la historia del torneo y significativo por enfrentarse dos selecciones de países con mayoría musulmana en el día de ‘Aid al Fitr’, la fiesta que marca el fin del mes del ayuno sagrado o Ramadán, que pareció notarse en el final del duelo, con hasta tres lesionados.
Dos selecciones similares en cuanto a sus planteamientos: una defensa férrea y un ataque veloz, lanzado por sus extremos y con delanteros móviles dispuestos a aprovechar la mejor ocasión. Y necesitadas de un triunfo antes de acometer sus duelos contra los dos favoritos, las selecciones ibéricas: España y Portugal.
En la alineación de los ‘Leones del Atlas’, Renard sorprendió con la inclusión del joven lateral del Real Madrid Achraf Hakimi (19 años) como lateral izquierdo y el extremo del Leganés Nordin Amrabat en la otra banda, pero con proyección ofensiva. Cuando ellos salían, el mediocentro El Ahmadi se incrustaba como central.
Marruecos tenía clara la puesta en escena: morder y buscar el gol cuanto antes. Y lo hizo desde el primer minuto, con un disparo del joven mediapunta Amine Harit. No habían pasado diez minutos cuando los magrebíes contaban varios centros al área de Amrabat y un remate solo del delantero centro El Kaabi tras un mal despeje persa.
El seleccionador iraní, el luso Carlos Queiroz, pedía calma a los suyos para que detuvieran la avalancha ofensiva rojiverde; pero el que tenía que emplearse a fondo era el meta Ali Beiranvand, una triple ocasión marroquí en un golpe franco, con el defensor del Juventus Mehdi Benatia como último rematador.
El ‘Team Melli’ iraní solo lograba acercarse en situaciones aisladas, generadas siempre por Azmoun y Ansarifard, aunque por suerte para los persas Marruecos había perdido la frescura, y casi lo pagan los de Hervé Renard, que estuvieron a punto de irse por detrás al descanso en una doble ocasión iraní al borde del descanso.
Un contragolpe persa conducido por Masoud para la carrera de Azmoun, hizo convertirse en héroe al meta marroquí Munir El Kajoui, quien primero desvió con el pie el primer disparo de Azmour y luego, en una acción de puros reflejos, desvió con la mano el segundo remate de Alireza Jahanbakhsh.
Intentó Marruecos volver por los mismos fueros en el arranque de la segunda mitad, con Amrabat entrando como un cuchillo por la banda derecha, pero sin servir centros claros; mientras que Irán esperaba su oportunidad a la contra, consciente de que podía hacer mucho daño.
Conforme pasaban los minutos, se apoderaba del terreno de juego una sensación de que los dos equipos estaban más ocupados en evitar errores que en intentar ir a por el encuentro.
En esta tesitura estaba cómodo Irán, guarnecido y esperando los intentos de Marruecos, liderado por el joven Harit, un incordio constante por la izquierda pero falto de precisión en el último pase.
Si el partido estaba trabado, el ritmo se frenó completamente cuando se encadenaron las lesiones de Amrabat por Marruecos y de los iraníes Omid Ebrahimi y Alireza Jahanbakhsh, que prácticamente evitaron el juego en el último cuarto de hora. El colegiado turco Cüneyt Cakir tuvo que añadir seis minutos por atenciones y cambios.
Cuando parecía que estaba todo condenado a la igualada sin goles, un saque de esquina desde la izquierda lanzado por el iraní Haji Safi generó el autogol de Bouhaddouz. Los jugadores persas explotaron de alegría y se enfrentarán a España con tres puntos inesperados en su mochila.