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MORELIA, Mich., 29 de abril de 2018.- Entre el acarreo, la coacción, el uso de recursos públicos humanos y materiales, y una decena de estrategias para inducir el voto, la difusión de información falsa desde la arena periodística puede llegar a configurar delitos perseguidos por la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade).
Así lo expuso el periodista y catedrático Luis Roberto Castrillón Cue este sábado en Morelia, donde impartió el taller Cómo reportear delitos electorales, dirigido a comunicadores especializados en el manejo de información política y electoral, donde perder de vista la delgadísima línea entre la libertad de expresión y los daños al honor, tiene consecuencias.
Con una postura autocrítica, ante dinámicas periodísticas que llegan a derivar en la publicación de noticias falsas, alarmistas y sin ningún tipo de documentación o fuente fidedigna, principalmente en redes sociales, discurrió acerca de la responsabilidad de los medios masivos en el manejo de la información.
Ex reportero y colaborador de Notimex, Canal 13 Yucatán, Animal Político, Milenio Semanal, El Universal y otros, puntualizó que, en el artículo séptimo, párrafo 16, de la Ley general en materia de delitos electorales, se establece la prohibición de realizar por cualquier medio actos que provoquen temor o intimidación en el electorado.
Ejemplificó con el caso de un comunicador que, sin estar en el lugar de los hechos, dio por cierto y publicó el suceso de un supuesto tiroteo en una casilla electoral, lo que activó la movilización de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade).
Al llegar la fiscalía al lugar del supuesto tiroteo, comprobó la falsedad del hecho que generó temor entre los votantes, y que al configurarse el delito le costó una multa millonaria al medio de comunicación, y una cuantiosa cantidad también al reportero.
En una exposición de casi cuatro horas, Castrillón Cue señaló la importancia de conocer el funcionamiento del aparato institucional competente en la materia electoral, y conminó a los reporteros y directivos de medios a procurarse una capacitación de forma permanente, para ejercer el derecho a la libertad de expresión sin lesionar derechos de terceros.