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ESTADOS UNIDOS, 26 de abril de 2018.- El inmigrante mexicano Luis Bracamontes fue sentencido a pena de muerte por un jurado del condado de Sacramento, que lo encontró culpable de la muerte de dos policías en 2014, y que durante su proceso judicial amenazó con asesinar a más agentes de la policía.
Bracamontes, quien fue deportado en varias ocasiones a México, mostró una actitud burlona y al recibir su sentencia se rió y aplaudió continuando con el tipo de comportamiento que condujo durante su proceso judicial.
Familiares y amigos de los dos agentes asesinados hicieron declaraciones muy emotivas antes de la sentencia. El exdiputado del condado de Placer, Chuck Bardo, llamó a Bracamontes «un monstruo y un cobarde».
Bracamontes fue declarado culpable de disparar al ayudante del sheriff del condado de Sacramento, Danny Oliver, en 2014, y luego de matar al sheriff del condado de Placer, Michael Davis Jr., unas horas después.
Los fiscales habían buscado la pena de muerte para el acusado, quien en repetidas ocasiones ha declarado ante el tribunal que mató a los agentes y deseó haber matado a más policías.
Sus abogados argumentaron que tiene una enfermedad mental y que consumió metanfetamina durante el tiroteo en el murieron los dos agentes policiales.
Un juez encontró a Bracamontes competente para enfrentar un juicio y se negó a declararlo no culpable por demencia.
Los defensores públicos Jeffrey Barbour y Norm Dawson argumentaron sin éxito que el sentimiento antiinmigrante provocado por el presidente estadunidense Donald Trump hacia improbable que Bracamontes pudiera tener un juicio justo.
Los investigadores dijeron que Bracamontes disparó a Oliver fuera de un motel de Sacramento el 24 de octubre de 2014, desencadenando una persecución que duró horas y abarcó 30 millas.
El acusado había gritado en la corte que era culpable y pedido que lo mataran. Había amenazado con matar a sus abogados defensores y a más agentes.
Una vez tuvo que ser retenido después que un juez dictaminó que no podía despedir a sus abogados.