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Libros de ayer y hoy
Donald Trump se volvió la comidilla en la ceremonia de entrega de los premios Óscar. Hubo desde quienes se pronunciaron en contra del muro, hasta quienes abiertamente se burlaron de las actitudes que ha venido asumiendo el presidente estadounidense desde hace poco más de un mes que asumió el cargo. Empero, “la nota”, como se dice en el argot periodístico, no se la llevó él.
El comediante Jimmy Kimmel inició su participación dando las gracias a Trump “¿se acuerdan el año pasado cuando creíamos que los Óscares eran racistas?”. Se refirió también a la actriz Merryl Streep, que hizo una crítica al Presidente Trump quien le respondió que ella estaba “sobreestimada”.
También el actor Gael García afirmó que “Como mexicano, como latinoamericano, como trabajador inmigrante, estoy en contra de cualquier tipo de muro que quiera separarnos”. Ambos arrancaron el nutrido aplauso del público.
El director iraní Asghar Farhadi, ganador del Oscar a la mejor película extranjera por “El Vendedor”, decidió no asistir a la ceremonia y envió el siguiente mensaje: “Siento no estar con ustedes esta noche. Mi ausencia es por respeto a la gente de mi país y a las de otras seis naciones, a quienes se les ha faltado el respeto por la ley inhumana que prohíbe el ingreso de inmigrantes a los Estados Unidos”.
Total que al hombre le llovió, hasta los vestidos de su hija Ivanka salieron a relucir en los comentarios mordaces; en tanto él decidió ofrecer una cena en la Casa Blanca, lo que algunos interpretaron como una forma de tratar de opacar la ceremonia de los Óscares, lo cual evidentemente no consiguió.
Aunque al final, el presidente estadounidense debe estar agradecido con el oso que se repitió ¿casualmente? a la hora de la entrega del premio a la mejor película. Tan increíble que pareciera que lo planeó el mismo Trump.