La insurgencia magisterial es sólo el más reciente capítulo, pero hay qué decir que esta ola de protestas lleva gestándose más de 3 años, desde que fue promulgada la reforma educativa y adquirió nuevos bríos a raíz del arresto de los cabecillas de la Sección 22 de Oaxaca de la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Obviamente, la captura enfureció al sector radical de un sindicato que está acostumbrado a salir a las calles y a protestar con métodos violentos. Antes había provocado el enfado de varias agrupaciones religiosas -especialmente la Católica-, con su propuesta de elevar al rango constitucional el llamado matrimonio igualitario.
Otro factor que también provocó el rechazo de sectores conservadores fue la decisión presidencial de proponer la legalización de la marihuana con fines medicinales, aunque lo que realmente enojó a la jerarquía Católica fue la de aumentar dosis mínima por persona que se puede portar de 5 a 28 gramos.
Y como durante el proceso electoral del pasado 5 de junio, el PRI perdió 7 de las 12 gubernaturas en disputa, esto mismo alimentó versiones de que personajes notorios de la jerarquía católica habían conspirado para incitar a la gente a sufragar por la oposición.
Luego, el presidente abrió otro flanco de combate cuando descuidó el trabajo de operación política de su partido en el Congreso -y de su aliado el Partido Verde-, y promovió una ley anticorrupción que pretendió aplicar a los empresarios, muy similar a la “Ley 3 de 3” que los hombres de negocios alentaron para los funcionarios públicos. Obviamente, los dueños del dinero incluso salieron a las calles a protestar contra el gobierno.
La senadora perredista Dolores Padierna indicó que el gobierno de Peña Nieto llega a su último trecho con muchos frentes abiertos, entre los que destacan su confrontación con empresarios por las leyes anticorrupción y por el manejo patrimonialista de los contratos públicos.
El analista político Jesús Silva-Herzog Márquez recordó que el propio PRI empezó a tomar distancia de las decisiones de Peña, sobre todo si se considera que su hoy ex presidente, Manlio Fabio Beltrones, no era de su círculo cercano, pero además culpa de las derrotas a la protección que desde Los Pinos se brindó a gobernadores sospechosos de corrupción como los de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua.
“El presidente no solo enfrenta las antipatías de la opinión y de las oposiciones, sino también el alejamiento de sus aliados”, señaló el politólogo.
Los ocho muertos en Nochixtlán, durante un operativo de desalojo, por la violentas acciones de la CNTE en Oaxaca -en el cual fallecieron 8 personas que ni siquiera son maestros-, lamentablemente constituyen una especie de macabro justificativo para la causa de los vándalos, que ahora ya recibieron una buena insuflada de oxígeno para darle vida a sus movilizaciones.
Para colmo de males, la economía se encuentra en vilo. Las causas principalmente obedecen a situaciones externas, debido a la caída de los precios del petróleo y la depreciación del peso, acentuada en los últimos días debido al temor de que el magnate Donald Trump llegue a la Casa Blanca, y a que Gran Bretaña decidió en un referéndum salirse de la Unión Europea.
Afortunadamente, Peña Nieto ha decidido colocarse el traje de bombero y empezar a sofocar los incendios. El inicio de un diálogo entre el secretario Miguel Osorio Chong con los maestros disidentes es un paso en la dirección correcta.
Las negociaciones pretenden romper con los bloqueos que han estrangulado principalmente a Oaxaca y Chiapas y ocasionado un fuerte desabasto de alimentos, combustibles y medicinas.
Peña anunció ya el veto a la ley anticorrupción para eliminar la parte donde se obligaba a aplicar la Ley 3 de 3 a los empresarios y otros ciudadanos, como los becarios.
El otro frente de conflicto, con la Iglesia católica y grupos conservadores, en torno a una nueva legislación que eleva a rango constitucional los matrimonios igualitarios, todavía está abierto. Sin embargo, el Congreso aparentemente prevé congelar la reforma, cuya discusión se ha venido prorrogando varias semanas.
La misma suerte ha corrido la iniciativa presidencial en torno a la legalización de la marihuana con fines medicinales, que se prevé sin embargo sea aprobada, aunque aparentemente no se aumentará de 5 a 28 gramos la dosis que se permite a cada persona llevar consigo sin penalización, como lo quiere la Iglesia católica.
Falta ver si prosperarán las maniobras para sofocar el fuego más voraz que incendia las praderas del país, que es el de la rebelión de los maestros radicales, que se sospecha ahora reciben apoyo también de grupos de la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario.
Algunos apuestan doble contra sencillo que el gobierno podría ceder en la liberación de los dirigentes de la sección 22, aunque quizá eso no satisfaga a los inconformes, ahora también respaldados en el frente político por un personaje cada vez más ruidoso y mediático: Andrés Manuel López Obrador, el personaje obsesionado con llegar como sea, a la presidencia en el 2018.
GRANOS DE CAFÉ
El primer tramo de la gestión del rector Enrique Graue, al frente de la UNAM, ha transcurrido sin mayores sobresaltos, mostrando que antes que ser un hombre mediático -empeñado en estar permanentemente frente a los reflectores-, es un funcionario eficiente, ocupado en resolver el día a día de la problemática académica de la institución y en rendir buenas cuentas a la comunidad universitaria.
A diferencia de otras grandes instituciones superiores públicas como el Politécnico o la Universidad Autónoma Metropolitana, donde un día sí y otro también hay paros de labores por cualquier razón, en particular ahora que está en el candelero la insurgencia magisterial, en la Máxima Casa de Estudios se trabaja con tranquilidad.
Por supuesto, surge la inquietud de los sectores estudiantil y académico que se pronuncian en forma crítica y bien informada, en forma pública o privada, sobre los diversos temas de la actualidad nacional y hay una debate permanente sobre lo que ocurre dentro y fuera de la institución.
La UNAM por ahora está inmersa en un plan para regresar a clases, el próximo 25 de julio con una total conectividad de la Universidad, utilizando las tecnologías y la información en la reforma educativa y evolucionar gradualmente todas las carreras en este proceso. La innovación es una de las grandes tareas que tiene el país y, en palabras del propio Graue, en la UNAM “tendremos que enseñar junto con las tecnologías de la información”.
La conectividad total ha sido una asignatura pendiente de la institución, pues aunque se han hecho grandes esfuerzos, siempre es complicado que funcione de manera óptima, sobre todo tomando en cuenta la demanda de información que se requiere en un complejo académico de la envergadura de la más grande universidad del país.
Graco Ramírez, el gobernador de Morelos, anda desatado y se autoproclama como una opción del PRD para la candidatura presidencial. No ha desperdiciado ninguna ocasión para mostrarse como un hombre impoluto, con una trayectoria respetable y como la figura providencial que requiere la izquierda para ganar en los comicios del 2018.
Olvida sin embargo que tiene una larga cola que le pisen y se fía de la frágil memoria colectiva de los mexicanos, que suelen olvidar pronto los escándalos del pasado.
El gobernador morelense, sin embargo, no debe confiarse mucho porque hay muchos mexicanos que no olvidan que en 2003 fue involucrado en los famosos videos dados a conocer por el empresario argentino Carlos Ahumada. Ahí está el video cuando recibió 50 mil pesos de manos de la entonces pareja sentimental de Rosario Robles, y cómo reconocía que le adeudaba aún otros 450 mil.
En ese video, disponible en este link https://vimeo.com/44474598 se observa a un Graco Ramírez apocado, taciturno -en actitud suplicante más bien propia de un limosnero-, y se somete a la arrogancia y altivez del controvertido hombre de negocios que exhibió a varios personajes perredistas, recibiendo fajos de billetes, entre ellos a René Bejarano, el llamado ‘Señor de las ligas’.
Ese Graco Ramírez, el del video, es muy distinto al que se anda placeando aquí y allá presumiendo que goza del reconocimiento público suficiente y del consenso que se necesita para merecer la postulación presidencial.
Tal vez sería bueno que revisara su expediente personal y considerara una buena estrategia de defensa porque le van a llover los ataques cuando otra vez el video donde recibe dinero de Ahumada vuelva a circular en las redes sociales.
Aunque es proclive a seguir los pasos de Andrés Manuel López Obrador, la presencia de Plácido Humberto Morales Vázquez -coordinador general de gabinete del gobierno de Chiapas, en la marcha que encabezó el dueño de Morena el domingo en apoyo al magisterio disidente -, podría no obedecer a simpatías y adhesiones, sino a algún otro motivo.
Para empezar el chiapaneco es producto de la corriente Partido Verde Ecologista-PRI, y teóricamente su lealtad se debería a esa formación política. Eso, sería lo políticamente correcto.
No obstante, son muchos los embozados en la política chiapaneca que buscan la bendición de López Obrador para obtener la nominación, arropados por Morena.
En este sentido, Morales Vázquez está identificado por los analistas políticos como simpatizante de Morena, al igual que Eduardo Ramírez Aguilar, líder del Congreso chiapaneco, otro verde ecologista, quien anhela convertirse en candidato de la agrupación que preside el tabasqueño. Por lo menos eso es lo que se dice en los corrillos políticos…
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