Así lo informó el ingeniero Juan Ramón Cruz, de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), el único mexicano que integra el equipo internacional de especialistas en incendios forestales que se encuentra trabajando en el Centro Intergubernamental Canadiense de Incendios Forestales (CIFFC), con sede en Manitoba.
Este equipo internacional, compuesto también por bomberos de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, evalúa la situación de emergencia en el norte de Alberta, ante un incendio forestal que se ha propagado, sin control, por más de cuatro semanas.
“Este es un incendio atípico y muestra la urgencia de actuar contra el cambio climático”, afirmó el ingeniero Cruz, quien tiene más de dos décadas de experiencia en el combate de siniestros.
Adelantó que a finales de esta semana podrían estar llegando a Canadá cinco brigadas de bomberos mexicanos, alrededor de 100 elementos, que vendrán a tratar de apagar no sólo el fuego de Alberta, sino el de otras áreas forestales del norte de Canadá.
La asistencia de bomberos mexicanos es el resultado de un memorándum de entendimiento firmado a principios de este año entre México y Canadá, a través de las dependencias forestales Conafor y CIFFC, para el intercambio de recursos para el manejo de incendios forestales.
“Mi papel aquí es integrarme a un equipo internacional que está evaluando la situación de incendios en Canadá”, dijo el ingeniero Cruz, quien nació en Durango, estudió en la Universidad Autónoma de Chapingo y vive en Mexicali, Baja California.
“Estoy preparando el plan de movilización de brigadas mexicanas para que sean trasladas una vez que se nos indique la necesidad de recursos”, indicó.
Detalló que se están preparando tres brigadas de Jalisco y dos más de la Conafor, para sumar unos 100 bomberos, que posiblemente estarían llegando a Canadá los primeros días de junio.
El plan de movilización incluiría brigadas tipo uno de trabajos con herramientas manuales y equipo menor, no carros motobomba por ahora, según explicó.
El incendio de Fort McMurray, en el norte de Alberta, inició a principios de mayo y provocó el desplazamiento de ocho mil personas. A su paso por el norte de la provincia petrolera destruyó dos mil 400 construcciones y paralizó los trabajos en una veintena de campos petroleros.
El gran incendio sin control se desplazó al este hacia la provincia aledaña de Saskatchewan.
“En Coahuila, México, tuvimos en 2011 un incendio forestal no tan grande como el de Fort McMurray, que es un incendio atípico, no sólo porque se adelantó a la temporada de incendios forestales, sino por su dimensión.
“En mi opinión tiene que ver con el cambio climático global, se están dando condiciones meteorológicas que están propiciando este tipo de desastres naturales”, afirmó el especialista.
Anteriormente, México ha ayudado a Canadá en el manejo de incendios forestales, de hecho existe un acuerdo entre Alberta y Jalisco, para movilizar brigadas de bomberos. En 2011 Alberta recibió cerca de 60 bomberos mexicanos para apagar los fuegos.
El ingeniero Cruz llegó a Manitoba el 26 de mayo y prevé una estancia de un mes preparando el plan para el desplazamiento de brigadas mexicanas, que trabajarán en Fort McMurray y en otros siniestros de menor tamaño.
Destacó que el hecho de que Canadá firme con México un plan operativo al amparo de un plan de entendimiento implica que hizo un trabajo previo de análisis de los bomberos mexicanos y valoró su experiencia y preparación.
“Los bomberos mexicanos desde hace muchos años tenemos entrenamiento estandarizado con el servicio forestal de Estados Unidos y es el mismo que tiene Canadá, así que hablamos en un lenguaje en el que nos podamos entender técnicamente”, explicó Cruz.
Tras 22 años de trabajar en el manejo de incendios el ingeniero mexicano asegura que la humanidad debe “aprender a vivir con el fuego, que también es un factor de conservación y control de plagas”.
Sin embargo, consideró que para evitar estos incendios incontrolables por varias semanas, es necesario controlar la acumulación de material combustible.
“Podemos permitir la presencia de fuego hasta cierto límite de manera que las cargas de combustible se mantengan en niveles aceptables y que no ocasionen incendios tan desastrosos”, externó.
Insistió en que “el reto todavía es grande porque estamos casados con la idea de no al fuego, pero es necesario para reducir estas cargas de combustibles”.