Faltan 18 días para las elecciones en 14 estados; en 12 se elegirá gobernador –mini-mandatarios, en Puebla y Veracruz (por dos años)–, en Baja California, Congreso y alcaldes, y en la CDMX constituyentes “para simular la fantasía de una proclamación legalista, idealista e inútil, con olor y sabor a poción mágica”–, escribe Jesús Silva-Herzog Márquez.
Para la “bola” de votantes –un tercio del electorado nacional– el péndulo político se balancea entre la indiferencia y el atascadero, lo cual muchos observan como laboratorio, ensayo y prólogo de la contienda presidencial de 2018.
Por lo pronto, la guerra por el poder garantiza una suculenta cena de negros.
En medio, la voluntad ciudadana queda encochinada por la porquería lanzada al ventilador desde los partidos en discordia, lo cual hace prever que no todas las elecciones del próximo 5 de junio se decidirán en las urnas sino en tribunales.
Van dos ejemplos.
En Tamaulipas, panistas y priistas han mostrado lo mejor de sus malas artes. El elector no intenta averiguar quién está más limpio sino quien es el menos sucio. Hay incertidumbre. Según Consulta Mitofsky, el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca aventaja con 3.9% al candidato priista-verde-panalista, Baltazar Hinojosa. ¿Eso explica las acusaciones contra el blanquiazul por sus antecedentes penales, vínculos con el crimen organizado, y la manipulación de una fotografía difamatoria?; ¿los votantes ignoran que los ex gobernadores priistas Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, son prófugos de la justicia?
En Veracruz la mugre flota también. El pleito Yunes contra Yunes consiste en demostrar quien tiene la cola más larga. El del PRI no termina de quitarse el mote de Candi-Duarte; le pesa mucho el papelón del actual gobernador antipático. Enfrente tiene a Miguel Ángel, el otro Yunes, con demasiadas cuentas por rendir; dice acumular una fortuna de 15 millones de pesos, pero sus propiedades solo en Veracruz y la Ciudad de México, sin contar más allá, multiplican el monto diez veces. Además de haber sido “topo” de Elba Esther Gordillo, tiene denuncias por trata de personas y ¡pederastia!
EL MONJE PROGRESISTA: Enrique Peña Nieto sale del clóset por la puerta grande; Envía una iniciativa para reconocer los matrimonios gay; imprime a su gobierno un sello liberal; hace del Día Internacional de la Lucha contra la Homofobiaocasión idónea para pintarse con los colores del arcoíris, detener afanes de intolerancia y prevenir tal discriminación.
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