Durante la inauguración del Simposio “Reforma a la justicia penal: cuando los transitorios nos alcancen”, convocado por el Instituto Belisario Domínguez, Luis Humberto Fernández afirmó que en una democracia los problemas se atienden y resuelven en debates como éste se informó en un comunicado.
Destacó que el tema de fondo es “cómo hacemos que esta reforma no se convierta en un agente de la injusticia, cómo logramos un equilibrio muy preciso entre los derechos humanos, los derechos ya ganados que son inalienables e innegociables, contra una operatividad mermada de un Estado”.
“No tenemos certezas de que el nuevo sistema vaya a dar los resultados que esperamos, no tenernos certeza de que haya más justicia”, advirtió, por lo que el objeto del debate debe ser cómo evitar que las instituciones se conviertan en algo contrario a lo que se requiere.
Por su parte, la senadora Angélica de la Peña subrayó que la Reforma de Justicia Penal es una de las reformas estructurales más profundas y por eso ha encontrado una gran cantidad de obstáculos en su implementación que radican en la forma en cómo se ve la justicia penal dentro de un sistema que debemos sepultar para entrar a uno nuevo.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado agregó que ésta es una condición común en todos los países donde se ha implementado un nuevo sistema de justicia penal para transitar de un modelo inquisitorio a uno garantista.
Por ello, agregó la senadora, hay que ver las críticas de manera propositiva para buscar siempre los caminos que permita mejor impartición de la justicia, reinserción social y dar certidumbre y buscar que todo lo que se decide por parte de las autoridades garantice a la gente los derechos que la Constitución le otorga.
Finalmente, de la Peña Gómez advirtió que existen corrientes dentro del sistema y siguen manteniendo posiciones en el poder que apuestan a que la reforma fracase, sin embargo son los menos.