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GUADALAJARA, Jal., 27 de marzo de 2016.- El programa Donkey Sanctuary-UNAM de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), tiene la misión de cumplir lo que establece su lema: promover el bienestar en las comunidades que dependen de équidos (caballos, burros y mulas).
Así, sus distintas fases, el proyecto ha atendido, desde 1984, a un promedio de 30 mil animales por año, y en estos 32 años ha asistido a más de 500 comunidades, explicó la casa de estudios.
En Aljibes, la última localidad del municipio de Tecozautla, Hidalgo se llega, a partir de la cabecera municipal, después de transitar media hora en auto por un camino empedrado. Hasta aquel paisaje semiárido, de órganos, garambullos y mezquites a mil 860 metros sobre el nivel del mar, arribaron los integrantes del programa.
Pero este pequeño pueblo de alrededor de 600 habitantes, sin señal telefónica ni Internet, en donde sólo se ven los cerros interminables del Eje Neovolcánico, no es el único beneficiado. En la actualidad, el programa tiene presencia en 260 comunidades de 13 entidades: Oaxaca, Guerrero, Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México, Michoacán y Morelos; siete de las cuales son las primeras en población de équidos trabajando en unidades de producción rural.
Coordinado por Mariano Hernández Gil, el equipo consta de cuatro médicos veterinarios, una socióloga, una trabajadora social, una etnóloga, una antropóloga social, un técnico en el desarrollo de arneses e implementos de trabajo, dos especialistas en el cuidado del casco, un experto en comportamiento animal y un “ejército” de estudiantes que realizan sus prácticas profesionales o su servicio social.
La presencia en algunas de estas localidades ha sido permanente por su nivel de marginación, mientras que en aquellas con necesidades menos apremiantes ha sido intermitente; otras tantas, han dejado de visitarse porque el objetivo ya se cumplió.
Cambio de enfoque
Este proyecto de ayuda a los équidos inició en la UNAM cuando la actual profesora emérita de la FMVZ, Aline Schunemann de Aluja, recibió la invitación de Elisabeth Svendsen, fundadora de The Donkey Sanctuary, en Inglaterra, para trabajar por los burros en México.
A lo largo de estos años sus objetivos han cambiado, incluso su lema: Unidos cuidamos a los équidos de México. “Antes atendíamos al año hasta 35 mil animales lastimados o enfermos y nos íbamos, pero al regresar tiempo después solíamos encontrar algunos pacientes con la misma lesión, no por un tratamiento inefectivo, sino porque la causa del problema persistía».
Hace un lustro se dio una variación a la misión: ahora, el enfoque es comunitario. Los universitarios estudian las condiciones que ponen en riesgo el bienestar animal, los factores que las perpetúan y los recursos para atenderlas; por supuesto, se consideran las necesidades urgentes en los animales (y no sólo équidos), pero también se implementan acciones que apoyen el desarrollo en cada localidad. Se movió de protección animal a bienestar en sistemas dependientes de équidos.
El objetivo se ha logrado mediante la formación de recursos humanos que mantienen un equilibrio entre la necesidad de los lugares de recibir ayuda, y su propia capacidad de resolver los problemas, indicó el académico.
Si en una comunidad hay un veterinario que no está especializado en équidos, se busca trabajar con él para desarrollar esas habilidades. Si el problema es que los arneses que se usan son inapropiados, se intenta que los propietarios, acostumbrados a hacer sus propios implementos, aprendan a manufacturarlos de manera adecuada.
Si los compran, hay un acercamiento con el vendedor para que mejore sus diseños y materiales, y si no existe quien los haga, se enseña a alguien de la comunidad, “y hasta se genera un empleo”.
Los veterinarios de la UNAM atienden cuestiones médicas como heridas en la piel por monturas inadecuadas, claudicaciones (cojeras), problemas respiratorios, digestivos y dentales. Algunas enfermedades infecciosas como la rabia o el tétanos no son tan comunes.
Lomo paciente
“En lugar de tantas estatuas de generales que no han sabido pelear contra el extranjero, en vez de tanto busto de político que ha comprometido los intereses patrios, debería haber en algunas de nuestras plazas y en el sitio más dulce de nuestros parques, el monumento al primer borrico de los que trajo la conquista. “Ello sería una manera de reivindicar las fuerzas que han levantado al indio, en vez de los que le aconsejan odio y lo explotan (…)
“El burrito africano, el asno español llegaron a estas tierras a ofrecer su lomo paciente para alivio de los tamemes indios”, escribió el educador José Vasconcelos, rector de la UNAM, en “Breve historia de México”.