A las 7:50 de la mañana de este miércoles, el Santo Padre salió por última vez del recinto religioso para viajar a Ciudad Juárez, Chihuahua, última parada de su visita a México.
“Muchas gracias Papa, gracias por estar con nosotros por unos días, te agradecemos que nos des ilusión y mucha esperanza, te vamos a esperar para tu próxima visita”, fue uno de los mensajes dichos al Sumo Pontífice previo a tomar el papamóvil.
Pancartas, peluches, cartas, globos y muchos niños le dieron el último adiós y la respuesta fue un “Dios los bendiga”, antes de tomar el avión y dejar la capital del país.
El cerco de seguridad del líder de la iglesia católica se mantuvo y los fieles apostados tras las vallas no pudieron cruzar durante el paso del vehículo en ninguno de sus trayectos.
Personas enfermas y en sillas de ruedas fueron las que recibieron la bendición y beso directo del Papa, algunos lloraron y no soltaban su mano con el objetivo de recibir ayuda para sanar sus males.
“Solamente con que me vea, con que me diga que me voy a recuperar, con eso tengo para sentirme mejor, no me importa el frío, solamente tengo fe en que me pondré mejor con su bendición”, dijo Esteban, joven de 26 años que sufre osteoporosis y sólo puede ser trasladado en silla de ruedas.
Como este joven, otros 16 más esperaron en primera fila para recibir la tan anhelada bendición.
Para las 7:58, Francisco tomó su papamóvil y se dirigió al Hangar Presidencial y envió su última bendición a todos los feligreses.
“Dijo que regresaría, ¿verdad? O ¿escuché mal? Porque para el otro año si me vengo más temprano, aparto unos 20 lugares y me traigo a mi abuelita”, preguntó un creyente.