El arquitecto dijo que al año, aproximadamente 180 mil personas en el mundo se mudan del ambiente rural al urbano, lo que implica preguntarse cómo podemos conseguir que la acumulación de las personas en las ciudades no lleve a un desastre.
Durante la conferencia, realizada en el Salón de Usos Múltiples del Museo del Estado, el ponente explicó que la creación de algunas ciudades estuvieron basadas en la Utopía de Tomás Moro, y puso de ejemplo las comunidades construidas por el humanista Vasco de Quiroga en Michoacán.
Abreu señaló que se sigue buscando esa utopía urbana y moderna, basada en la fe del progreso del ser humano. Mencionó el caso de Brasilia, capital de Brasil, que fue edificada como una utopía y terminó siendo un desastre, una pesadilla.
Dijo que en el caso de México, concretamente de la Ciudad de México, el 10 por ciento de la vida productiva de un habitante lo pasaba en el tráfico, ” las ciudades están hechas para los automóviles, no para las personas” indicó el arquitecto, y dijo que incluso esa idea es una plataforma política a la hora de convencer y buscar votos, porque piensan en construir grandes carreteras cuando hay más personas caminando o en bicicleta.
Abreu expresó que las ciudades deben ser más compactas, menos caóticas, más caminables y amables, que deben contribuir a una mejor calidad de vida reflejada en armonía y salud.
Antes de iniciar la ponencia, se presentó el músico Álvaro Ramírez, quien ofreció un recital de guitarra para la audiencia ahí presente.