Sobre todo las automotrices francesas Peugeot Citroën y Renault, así como la japonesa Suzuki, están bien posicionadas en Irán y desempeñarán un importante papel en el “boom” que se espera en ese nuevo mercado, señaló el experto Ferdinand Dudenhöffer en un estudio.
Entre los alemanes, quienes mejores opciones tiene de entrar en el mercado iraní es Daimler con sus vehículos utilitarios, ya que es la primera gran firma del sector en Alemania que ya tiene proyectos concretos para ese negocio en Irán.
El experto, del centro CAR de la Universidad de Duisburgo–Essen, indicó en su análisis que una gran parte de los vehículos en Irán son muy antiguos y se necesita urgentemente una renovación, de ahí el auge esperado en ese sector tras el levantamiento de las sanciones.
Ya antes de las sanciones internacionales contra Irán, la firma automotriz estatal iraní Iran Khodro (IKCO) ya mantenía una estrecha cooperación con Peugeot Citröen, Renault y Suzuki en ese mercado de coches utilitarios, de ahí su posición de ventaja.
Y la repetición de ese mismo esquema es lo que temen ahora las empresas alemanas, lo que podría limitar su éxito en el país persa.
Las sanciones hicieron que el mercado automotor iraní se encogiera a menos de un millón de nuevos vehículos vendidos al año, una cifra que incrementará este 2016 a 1.2 millones de nuevas ventas, según calcula Dudenhöffer.
Y eso sería sólo el principio. “A medio plazo el mercado podría volver a crecer hasta los 1.6 millones de nuevos vehículos al año, en torno a 2020 y alrededor de 2025 alcanzar los dos millones”, según el análisis alemán.
El instituto de análisis alemán IHS considera incluso que el país persa podría absorber 1.8 millones de automóviles al año, por encima de las expectativas anteriores, algo menos de la mitad de lo que absorbe el mercado alemán (el año pasado se vendieron 3.2 millones de vehículos).
La asociación alemana del automóvil VDA es incluso más optimista y habla de un volumen a medio plazo de unos 3.0 millones de vehículos al año.
Pero IHS espera que también comiencen a presionar en ese mercado las empresas chinas.
La capacidad de absorción del mercado iraní dependerá sin embargo de la evolución económica del país persa, que recién intentará comenzar a salir del aislamiento económico y a paliar las graves consecuencias para su economía que le dejaron las sanciones internacionales durante más de diez años de disputa en torno a su programa nuclear.
Ante las sospechas de la comunidad internacional de que su programa nuclear podía tener fines militares, algo que Teherán siempre negó, numerosos países, entre ellos Estados Unidos o la Unión Europea (UE) impusieron sanciones que lo aislaron económicamente.
Un acuerdo rubricado el pasado julio, por el cual Irán se comprometió a despejar todas las dudas de Occidente sobre su programa nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones, entró en vigor recientemente, después de que el Organismo Internacional para la Energía Nuclear (OIEA) en Viena verificara el cumplimiento de Teherán de su parte del acuerdo.
Tras ello, Washington, Bruselas y después Japón levantaron los castigos económicos.
Irán cree que ello ayudará a reactivar su economía, entre otras cosas volviendo a vender petróleo en el mercado internacional, aunque los bajos precios del barril no ayudan demasiado y la entrada del crudo iraní amenaza con hundirlos aún más, algo que tampoco beneficia al país persa.
Además del crudo, la apertura iraní abre un enorme mercado de más de 77 millones de habitantes, en el que las empresas occidentales se preparan ahora a entrar ante la desaceleración de otros mercados emergentes como China.
Información de Quadratín México